28 junio 2007

37.Él , vota en blanco

He recordado a un individuo muy especial que un día, hablando de los sindicatos, me dijo: "yo hace tiempo que en elecciones sindicales voto en blanco" En aquel momento no di importancia a la manifestación de aquel hombre. Hoy hablando con personas con las que no lo hacía de largo tiempo, recordé el detalle del "voto en blanco" y al ser mentado por mis interlocutores caí en la cuenta de que el hombre en cuestión resultó ser un simple y memo espolique (hasta ahora no lo veía así) que formó parte de un sindicato, aunque siempre tras la sombra de alguien a modo de lacayo -todo hay que decirlo-, muy dado al "corre ve y dile" y muy poco dado al verdadero sindicalismo. El resumen de la amena conversación fue que, el individuo en cuestión le sacó cierto partido al sindicato, se colocó en una jefaturilla al mando de quienes en otro tiempo fueron lo sujetos destinatarios de la lucha del sindicato, situado frente a los que, el necio viene a servir ahora como un buen lacayo; función que realiza a la perfección dado que es lo que ha hecho siempre. Visto así a nadie puede extrañar el personaje tipo pues, ¡parece ser!, que los hay y las hay repetidos y repetidas por toda la geografía nacional y nacionalista. 


Unos por haber sido sindicalistas y otros por haberse valido de aquellos, colocándose los unos y los otros en "puestecillos" ad hoc; la mayoría de las veces sorprende el puesto adjudicado respecto del perfil del adjudicatario pues, sin muchas luces -alguno y alguna- llega a tener cierta responsabilidad -aparente- y digo aparente porque uno de mis interlocutores me advirtió que, precisamente son esas pocas luces y poca mollera lo que resulta ser más atractivo para los directivos a fin de que resulten mucho más manejables. La cosa tiene su lógica y si uno se fija bien puede comprobar que su fatuidad les lleva incluso a protagonizar y firmar documentos llegando al extremo -algunos- de resolver en cuestiones que se salen de las competencias reguladas para su concreto puesto; haciendo así una labor de perros falderos -incluido su femenino- que sacan trabajo sucio y si algún día vienen mal dadas, pagarán ellos el pato, dado que nadie puede responder por quien hace algo sin estar autorizado. Ahora bien, será cierto que este personaje tipo está muy repetido pero, no se puede negar que resulta raro vote en blanco en las elecciones sindicales y más raro, si cabe, que encima lo diga. Salvo mejor parecer. Baldomero Gómez

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